Cuenta de mí

No me formé cómo escritora pero mi alma es escritor por defecto.

Todo lo que no se anima a salir de mi boca, se anima a salir de mis manos. Y todo lo que no me animo a decirte, es todo lo que doy por hecho.

Todo lo que escapa de mis manos, van en dirección a las tuyas, para que las tomes o las dejes si no te sirven. Y cada momento que hecho a perder es cada tren que se me escapa por darme cuenta tarde de las cosas.

Cómo siempre: no trato de componer rimas ni notas, solamente de descomponer a mi vida en pedazos de escritos, relatos para identificarme.

Una vez más sé que puedo ser astronauta sin conocer a todas las estrellas que me rodean y una persona normal y corriente que camina entre los transeúntes.

Es más cómodo ser como todos. Es más incómodo ser diferente.

Pero yo evito a la comodidad, me gusta complicarme aunque a posteriori no salga ilesa porque creo que mi vida tiene muchos parches de amor para cuidarme. Simplemente porque nada de lo que hago carece de amor: todo lo hago con buena intención. La cuestión es cómo lo tomas, cómo lo ingieres, qué energía le pones...

Por eso, todo lo que no fuimos hasta ahora es porque no pudimos ser mejores que hasta ahora. Ahora ya somos completos, ahora es mágico, ahora dediquemos tiempo al ahora porque marcha rápido, porque camino lenta en estos tiempos deprisa