Cuando me doy cuenta que hasta la propia verdad es mentira : me falta la voz.
Cuando me doy cuenta que todo lo que vivi hasta ahora no fue más que elecciones ajenas : me faltan pies para retroceder, sin embargo, me sobran palabras para pronunciar lo imbécil que fui.
También cuando me doy cuenta que me invade la tristeza: me faltan labios para sonreir.
Cuando te quiero volver a tener me doy cuenta que yo no soy dueña ni de mis sentidos, por eso no recuerdo siquiera tu olor.
Y así me doy cuenta que hasta la mentira se convirtió en verdad. Una verdad que mañana volverá a ser mentira.



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