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Sabia
Universo. Espacio grandioso que desde un besito minucioso se formó la
infinitud de lo bueno y de lo malo. Beso natural para crear tanta
hermosura. Beso humano para crear tantos Satélites sin corazones. Ésto
último lo escribo porque es así : donde hay huella humana, hay algo casi
natural difícil de entender. Formas asimétricas y, sin embargo, aceptadas
por ellas mismas y de muchos tipos para después, ver casi las
mismas,aspirando a ser perfectas, esquivando la irregularidad. Escavando
en la exactitud y en la utilidad. O sea, llegando a crear formas
egocéntricas en un espacio tan amplio y tan irregular. La naturaleza del
universo es aceptarse a ella misma. La obviedad humana es superarse, pero,
hasta cuándo? Se llegará a un punto en el cual no necesitemos más porque
con lo que poseemos será suficiente? Cadena invisible: por la vergüenza se
teme. Cuando se teme, creemos que nos volvemos más enanos frente al amplio
aire, creamos barreras de todo tipo: violencia, ropa para taparnos,
miradas agonizantes pero sin arma,palabras secas que salen de una boca
húmeda pidiendo a gritos algo cálido que en su momento no se sabe el qué
es... Si sigo a la cadena, nos daremos cuenta de que muchas cosas pasan
por el simple hecho de no aceptar esto. Nos parecemos a ella: somos
fuertes, nos regeneramos, creamos, respiramos lo mismo... Sin embargo, no
aceptamos. La naturaleza acepta que un pedacito de río, de pronto, se haya
vuelto mar. Que de un azul celeste, el cielo se nuble en segundos. Que
todo iba bien hasta que la mente humana tomara las riendas. Y nosotros, no
aceptamos. Sin querer entender, convertimos al círculo en cuadrado, al
aire, en palabras contaminadas y al mar, lo convertimos en un estanque
envenenado. Aquí hay mano humana metida. Aquí sí que somos un virus
preocupante para la naturaleza, sin embargo, aceptada por ella.
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