Lo que hoy se mira.

Una vez más me enfrento a un desafío. Desafío mas placentero. Placentero tomar el lápiz y una goma de borrar "por si las moscas" como siempre digo. Digo lápiz porque todavía no me atrevo a desafiar con un bolígrafo. Los bolígrafos son para los valientes llenos de heridas y yo todavía no recibí tantas. 

Qué tiempos, no? Tiempos que hace una semana no habría imaginado y por lo que sé, tú tampoco. Todo iba en su camino. Camino en el que todos íbamos peor que un pirata: conquistando al mundo pero con los dos ojos bien emparchados. El descontrol nos llevó al control. Ahorita estamos todos bien controlados.

Son tiempos en los que nos toca reflexionar. Reflexionar sobre todos los verbos hermosos que existen y olvidar malas acciones. Acciones y pensamientos que nos hacen tachar como homo sapiens. 

A valorar lo que ayer teníamos al alcance sin prestarle importancia y hoy lo añoramos. 

A terminar fragmentos inacabados en un pasado por falta de tiempo. Un tiempo inventado por nosotros e impuesto por aquéllos. 

A tomar decisiones por nosotros y no por los demás. 

A cuidarnos más para poder seguir creciendo en aquéllo que nos hace despertar e ir a dormir para soñar con ello. 

A agradecer cada beso que me puedes dar y yo a bendecir cada abrazo que te puedo dar sin ninguna penalización.

En estos días me toca salir a la calle y no veo más que gente con ojos.Ojos con cara. Porque la nariz y la boca desapareció totalmente. Como la mente va atrofiándose y el alma resucitando entre nosotros. Los antifaces disfrazan nuestros sentidos. 

Hoy solamente te puedo armar con esperanza y hacerte saber que ojalá detrás de todo esto haya un doble sentido: a parte de lo malo, existe lo maravilloso que vamos a estar todos. 

Lo siento, lo presiento y lo proyecto.

Herczeg Yael