Leer despacio
Que no me digan que es demasiado tarde ya... Porque, ¿Acaso la temprana madurez no es el tempus fugit del que todo ser eterno le teme?
La tardanza es bonita, ella requiere de paciencia entre el barullo y la manada que corre para llegar a todo.
Y, ¿ Para qué?
Vivir tan deprisa nos ha afectado demasiado: las cuatro estaciones se entremezclaron y el día de los enamorados se perdió por falta de ilusión.
Aún con suerte que no dormimos con prisas, aunque entre los márgenes del tiempo es que aprendimos a soñar...
Si fuera por mí:
Calentaría la taza de chocolate fría sobre el fogón de toda la vida, que me enseñe a esperar entre las ansias y las prisas...
Y que entre tú y yo quedaran cartas sin leer, tinta y el cartero perdido entre nuestras calles...
Todo ello ayudaría a la ilusión, al tiempo, a la templanza del amor y a llegar tarde a la despedida.
Herczeg Yael


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