Me paro por un momento y...

 




Pararse a observar lo que te acompaña y lo reflejado en el espejo, es un hábito que deberíamos de hacer más. 

La sensación es como si cayeras al suelo desde una altura inmensa y te dieras un buen golpe, aunque tú sigues igual, el espejo sigue colgado y las cosas están ahí, en el mismo puesto. 

Sin embargo, el golpe de la vida te la llevas y eso, eso es lo que te hace aprender y crecer. 

De que la vida es esto y nada más. 

Es la luz que te ilumina cada día al salir a la calle y la que te cuida al dormirte. 

Aquél sonido que ahora, y no antes ni de aquí un rato, que ahora, en este instante presente oyes, eso es tu vida ahora y no la de antes ni la de aquí un buen rato. 

Párate, detente, observa y siente todo lo que a ti llega, hazte con ello y acéptalo. 


Herczeg Yael 




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