El isra.

Calles desordenadas y dibujadas de una forma muy vaga, donde el polvo de hace setenta y un años sigue caliente pero más aún, la paz que uno siente al pisar estas tierras.  

También amparo de muchos nómadas forzados durante el siglo pasado.

Te apuntan con un dedo y te cuestionan de arriba abajo, mientras te abren las puertas de par en par, así es aquí. 

Cuna de muchas invenciones que hasta hoy día no me imaginaría que nacieron aquí. 

Políglotas en todos lados, porque aquí veo que todos son hermanos de todos y nadie es vecino con frontera. 

Cejas bien marcadas y la nariz bien napia. Todos casi perfectos, digo casi, porque aquí también habitan humanoides. 

Último dato: me ayudan con todo si yo me pongo a estudiar a fondo. 

Entonces es cuando hablo de Israel.